En mi opinión no es un coche que guste en su totalidad, me explico desde fuera hacía el interior.
Llama la atención, no cabe duda, se asemeja salvando las diferencias al mítico Seat 1600 mezclado con el Citroen Tiburón pero al margen de eso la luna trasera mola junto con los faros.
Las llantas me han gustado mucho, con ese cromado y panel de abeja.
De lo poco que se puede ver en el interior está claro que por dentro parece un electrodoméstico de los 60, diseño súper retro pero chulo.
Hace tiempo que vengo diciendo que algunos modelos clásicos pero actualizados se venderían seguro, pero claro...
Saludos cordiales.