Tarzán de los Monos
Moderador
La M seguida de un número en BMW significa máximas prestaciones aplicadas a sus vehículos de calle, si a esto le sumamos “competition” ya se terminan de desvelar todas las intenciones por parte de la marca.
El M8 Competition es algo más que un coche, es una máquina creada para que el circuito sea su hábitat natural, donde uno pueda exprimir todo su potencial y sentir la rabia de su propulsor que, unido al resto del conjunto hacen que el M8 sea tan efectivo como divertido.

Los detalles de fibra de carbono le delatan, pero quizá sea más probable que lo oigas acercarse antes de poder verlo llegar girando la esquina. El delicioso bramido que emiten sus cuatro salidas de escape lo genera un motor de nada menos que 625 cv, una cifra a la altura de muchos deportivos de gran estirpe.
El M8 Competition es algo más que un coche, es una máquina creada para que el circuito sea su hábitat natural, donde uno pueda exprimir todo su potencial y sentir la rabia de su propulsor que, unido al resto del conjunto hacen que el M8 sea tan efectivo como divertido.

Los detalles de fibra de carbono le delatan, pero quizá sea más probable que lo oigas acercarse antes de poder verlo llegar girando la esquina. El delicioso bramido que emiten sus cuatro salidas de escape lo genera un motor de nada menos que 625 cv, una cifra a la altura de muchos deportivos de gran estirpe.
La personalización del interior es casi a la carta y puede configurarse hasta el mínimo detalle.
Un ambiente relativamente sobrio nos descubre un “cockpit” deportivo, donde las levas del volante, los magníficos asientos y posición de conducción baja ayudan a querer buscar siempre la mejor trazada para disfrutar de las prestaciones del M8.
Dentro del habitáculo puede percibirse el sonido que proviene de la parte trasera pero no llega a ser molesto, más bien lo contrario, nos incita a querer pisar a fondo para sacar esas notas deportivas de este modelo de raza.

Nos encontramos por tanto ante un deportivo de verdad, con pretensiones claras y dirigido a un público que sabe lo que quiere, un público por cierto que deberá realizar un desembolso algo por encima de los ciento cuarenta mil euros, cifra que puede también sumarse al resto de prestaciones, todas ellas elevadas.
Saludos cordiales.