josepuma71
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BEMEUVES ENFADADAS
El otro día me topé por casualidad con un artículo que versaba sobre la pareidolia aplicada a la automoción. Me imagino que la palabrita de marras os sonará a chino, como me pasó a mí en cuanto la leí, por lo que investigué un poco sobre el tema (curioso que es uno) y averigüé que la pareidolia no es más que un fenómeno psicológico consistente en que un estímulo vago y aleatorio (la mayoría de las veces una imagen) es percibida erróneamente como una forma reconocible.
Seguro que ahora lo empezáis a tener más claro pero lo acabaréis de entender del todo cuando os diga que no es más que ver la parte delantera o trasera de un vehículo y ver una cara (los faros serían los ojos, la parrilla la boca, etc) o bien mirar una nube y ver un parecido con cualquier otra cosa.
Bueno, una vez aclarado una cosa tan sencilla con un nombre tan complicado, vamos al tema. Como os decía, ese artículo disertaba sobre este fenómeno, el cual pasa a todos los seres humanos, y decía que no sólo era un efecto curioso que ocurría en nuestro cerebro sino que afectaba a nuestra decisión a la hora de adquirir un nuevo vehículo.
La empresa EFS Consulting, con Truls Thorstensen a la cabeza, y la antropóloga Sonja Windhager realizaron un estudio con más de veinte hombres y veinte mujeres y el resultado fue realmente sorprendente: la mayoría escogían los vehículos con “cara enojada o agresiva” frente a los que parecían “estar alegres”. Los menos valorados fueron los que parecían disgustados o tristes.
Bueno, el “era actual” de las BMW podemos decir que se inició con las bóxer de 1150 cc pero fue con los nuevos modelos de R 1200 y K 1200 y su “agresivo” diseño con los que la marca inició su “boom” de ventas.
Ciertamente, si analizamos los modelos uno a uno podemos decir que han ganado en agresividad con respecto a sus “ancestros”. De las formas más o menos redondeadas de los bóxer de 1100 y 1150 cc se pasaron a formas mucho más angulosas y con los frontales mucho más agresivos. Incluso se consiguió dar ese toque de agresividad a los faros asimétricos de algunos modelos como el de la GS1200 o las K-R.
En cambio, algunos modelos totalmente válidos de la competencia no acaban de despegar como el caso de las Kasawaki ZZR 1400 cuyo frontal nos recuerda más a la cara de un insecto que otra cosa (y, como insecto, no nos parece ni enfadado ni triste) y cuando la ves en vivo y en directo parece tener un diseño quizás demasiado redondeado aunque luego realmente no sea así.
Algo parecido para con la Honda Varadero. El último modelo, a pesar de haber sido retocado en cuanto a diseño, puede parecer que el faro tiene unas “cejas” fruncidas pero más que agresivo recuerda a alguien con “enfurruñamiento” y el resto del frontal no acompaña tampoco ya que, de nuevo, nos encontramos formas redondeadas en lugar de angulosas.
¿Será este uno de los secretos de las ventas de BMW? El diseño, seguro que sí.
El otro día me topé por casualidad con un artículo que versaba sobre la pareidolia aplicada a la automoción. Me imagino que la palabrita de marras os sonará a chino, como me pasó a mí en cuanto la leí, por lo que investigué un poco sobre el tema (curioso que es uno) y averigüé que la pareidolia no es más que un fenómeno psicológico consistente en que un estímulo vago y aleatorio (la mayoría de las veces una imagen) es percibida erróneamente como una forma reconocible.
Seguro que ahora lo empezáis a tener más claro pero lo acabaréis de entender del todo cuando os diga que no es más que ver la parte delantera o trasera de un vehículo y ver una cara (los faros serían los ojos, la parrilla la boca, etc) o bien mirar una nube y ver un parecido con cualquier otra cosa.
Bueno, una vez aclarado una cosa tan sencilla con un nombre tan complicado, vamos al tema. Como os decía, ese artículo disertaba sobre este fenómeno, el cual pasa a todos los seres humanos, y decía que no sólo era un efecto curioso que ocurría en nuestro cerebro sino que afectaba a nuestra decisión a la hora de adquirir un nuevo vehículo.
La empresa EFS Consulting, con Truls Thorstensen a la cabeza, y la antropóloga Sonja Windhager realizaron un estudio con más de veinte hombres y veinte mujeres y el resultado fue realmente sorprendente: la mayoría escogían los vehículos con “cara enojada o agresiva” frente a los que parecían “estar alegres”. Los menos valorados fueron los que parecían disgustados o tristes.